Las personas con movilidad reducida o limitaciones sensoriales, se encuentran muy a menudo que los espacios públicos presentan multitud de barreras para su desempeño. Por desgracia, la gran mayoría de espacios comunes se diseñan en base a las necesidades de la mayoría, y por tanto sin tener en cuenta las peculiaridades de las minorías.
Esto puede ser relativamente entendible en espacios diseñados o construidos varias décadas atrás. Pero cuando nos jactamos de ser una sociedad inclusiva, realizar instalaciones actuales sin cumplir unos mínimos de accesibilidad, es totalmente inadmisible.
En España, como en otros tantos países, se ha venido legislando en base al concepto “Accesibilidad para la Sociedad de la Información“, para garantizar la accesibilidad universal en los espacios públicos urbanizados.
La última normativa al respecto, que data del 2018, versa sobre “sitios web y aplicaciones para dispositivos móviles del sector público“. Sin embargo, a la luz de los numerosos estudios que se han realizado, se ha demostrado sobradamente que España está muy retrasada en su misión de garantizar esta accesibilidad universal. Son las iniciativas particulares y aisladas, promovidas por instituciones públicas y privadas, las destacan por su empeño.
Nosotros, como propietarios de circuitos digitales, con pantallas de digital signage o puntos de atención digitales, también podemos poner nuestro grano de arena facilitando el uso de los dispositivos por parte de las personas con limitaciones. El empresario Michael Katz, con 25 años de experiencia en el sector audiovisual, nos da algunas ideas en este artículo:
- Situar los paneles a una altura accesible para las personas en sillas de ruedas, y con un leve ángulo de inclinación para facilitar la visibilidad e interacción.
- Para aquellos paneles que les resulten inaccesible, utilizar sistemas de control por voz.
- Ofrecer instrucciones y mensajes de confirmación sonoras para los usuarios con dificultares visuales.
- Utilizar soportes de techo o pantallas encastradas en la pared, para eliminar obstáculos y liberar espacio.
Accesibilidad en los espacios de trabajo
Con respecto a los entornos laborales y corporativos, los espacios de trabajo en común, como salas de juntas o de conferencias, también deben ser diseñados para ser inclusivos con aquellos compañeros que tengan algún tipo de dificultad sensorial o de movilidad.
Algunos ejemplos de espacios inclusivos son:
- Distribuir micrófonos de amplificación de volumen que capten el sonido de cualquier persona presente en el espacio.
- Utilizar pantallas de alta luminosidad y amplios ángulos de visión para facilitar la visibilidad a aquellos que se sienten en los extremos de la sala (generalmente, personas en silla de ruedas).
- Distribuir tablets sincronizadas con la pantalla principal para facilitar el seguimiento a las personas con limitaciones visuales.
- Subtitular todos los contenidos, o incluir en las intervenciones un espacio para intérpretes de lengua de signos.
FUENTE: http://www.blogdigitalsignage.com/
